Testimonio de sobreviviente de Lynn

Foto de Lynn H.
“Préstale atención a tu cuerpo; él te dice cosas”.

—Lynn H., Sobreviviente de cáncer de útero
Edad al momento del diagnóstico: 32

Hay mucho cáncer en mi familia. Mi papá y mi tío lo tuvieron dos veces. Mi primo hermano está pasando por un segundo episodio de cáncer de garganta. Tres primas tuvieron cáncer de mama y mi tía tuvo cáncer de útero. Así que debido a mis antecedentes familiares, yo estaba pendiente.

En el verano de 1997, tuve el peor dolor de mi vida, en el estómago. Pensé que era apendicitis. Iba camino a la sala de emergencias cuando se me pasó, así que no fui. A fines de ese verano, me mudé de Fort Lauderdale, FL, al norte de la Florida por un nuevo trabajo de maestra. Me sentía con náuseas, pero pensé que era solo el estrés de cambiarme de trabajo. Después mis menstruaciones pasaron de durar apenas un día a tres. Siempre había sido regular, como un reloj.

Recuerdo que iba a salir con alguien y había sentido calambres todo el día. Se suponía que iría a ver al médico a la semana siguiente; solo estaba esperando a que la cobertura de mi seguro comenzara. Durante la salida empecé a sangrar, a sangrar mucho. Mi acompañante trabajaba en respuesta a emergencias, así que él estaba muy tranquilo y me llevó a casa. Como el sangrado no paraba, me llevó a la sala de emergencias. Afortunadamente, el médico que se suponía iba a ver a la semana siguiente estaba en el hospital atendiendo un parto, por lo que pudo ayudarme y detener la hemorragia. Lo fui a ver a la semana siguiente. Me hizo un D y C. (Nota del editor: D y C es un procedimiento en el que se raspa y se extrae tejido del interior del útero. Dilatación [“D”] es el ensanchamiento del cuello uterino para permitir que los instrumentos entren al útero. Curetaje [“C”] es el raspado de las paredes del útero). Resultó que tenía cáncer de útero y mi médico me mandó a un oncólogo.

El oncólogo decidió operar primero y luego decidir si seguía con quimio o radiación. Nos enteramos de que era un tipo muy raro de cáncer de útero, llamado sarcoma de células claras. (Nota del editor: Este tipo de cáncer se forma en los músculos del útero y por lo general ocurre después de la menopausia. Los cánceres que se forman en la capa que cubre las paredes del útero, llamados adenocarcinomas, son el tipo más común de cáncer de útero).

Después de la operación, el médico nos dijo que él sabía que no lo había sacado todo y que sería necesario más tratamiento. Regresé al trabajo como maestra. Durante los primeros 30 días manejé unas 70 millas todos los días para ir a la escuela, a radiación y luego de regreso. Aprendí a escribir todas mis preguntas en un cuaderno y a llevarlo conmigo, y a que otra persona fuera conmigo para escuchar lo que el médico dijera. Aprendí a escribir las cosas para que no se me olvidaran.

Después, en abril de 1999, me dio un resfriado y estaba perdiendo peso. Estaba corriendo —dos semanas antes recién había completado una carrera de 5 kilómetros— así que se suponía que iba a perder peso. Pero también tenía los ganglios linfáticos algo inflamados. Así que me hicieron una TC. (Nota del editor: Una TC o tomografía computarizada, también llamada tomografía axial computarizada o TAC, toma imágenes detalladas de áreas dentro del cuerpo desde diferentes ángulos, mediante el uso de un computador conectado a una máquina de rayos X). La TC mostró que había dos manchas en mis pulmones; el cáncer había vuelto. Me hicieron quimioterapia y otra operación para sacarme el lóbulo inferior derecho del pulmón.

Desde entonces no he tenido cáncer. Han pasado 17 años desde que me diagnosticaron cáncer de útero y 15 desde que reapareció en el pulmón. Les diría a otras mujeres: “Préstale atención a tu cuerpo; él te dice cosas. No ignores nada. Realmente se trata de escuchar a tu cuerpo. Se trata de conocerte a ti misma. Una vez que sabes de qué se trata, lo puedes combatir”.