Cómo decidir cuándo se debe tratar la infección de tuberculosis latente

Las personas con infección de tuberculosis latente no tienen síntomas y no pueden transmitir las bacterias de la tuberculosis a otras personas. Sin embargo, si las bacterias de la tuberculosis latente se activan y se multiplican en el cuerpo, la persona pasará de tener una infección latente a tener la enfermedad de tuberculosis. Por esta razón, a las personas con infección de tuberculosis latente se las debería tratar para evitar que lleguen a tener la enfermedad de tuberculosis.

El tratamiento contra la infección de tuberculosis latente es esencial para controlar la tuberculosis en los Estados Unidos porque reduce significativamente el riesgo de que la infección de tuberculosis latente evolucione a enfermedad de tuberculosis. En los Estados Unidos, hasta 13 millones de personas podrían tener una infección de tuberculosis latente. Sin tratamiento, un promedio de 1 de cada 10 personas con infección de tuberculosis latente presentará la enfermedad de tuberculosis en el futuro. El riesgo es mayor para las personas que tienen el VIH, diabetes u otras enfermedades que afectan el sistema inmunitario. Cada año, más del 80 % de las personas que se enferman de tuberculosis en los Estados Unidos han tenido una infección de tuberculosis latente que no fue tratada.

El tratamiento contra la infección de tuberculosis latente se debe iniciar después de que se descarte la posibilidad de que la persona tenga la enfermedad de tuberculosis.

 

Los grupos a los cuales se les debe dar alta prioridad para el tratamiento contra la infección de tuberculosis latente incluyen:

    • Personas infectadas por el VIH.
    • Personas que tuvieron contacto reciente con un paciente que tenga la enfermedad de tuberculosis activa.
    • Personas con cambios fibróticos en la radiografía de tórax indicativos de una tuberculosis previa.
    • Personas que hayan recibido trasplantes de órganos.
    • Personas inmunodeprimidas por otras razones (p. ej., que estén tomando el equivalente a >15 mg/día de prednisona durante 1 mes o más, o estén tomando antagonistas del factor de necrosis tumoral alfa [FNT-α]).
  • Personas con una reacción de 10 milímetros o más a la prueba cutánea de la tuberculina, que sean
  • de países donde la tuberculosis es común, como México, las Filipinas, Vietnam, la India, China, Haití y Guatemala, o de otros países con altas tasas de tuberculosis. (Cabe señalar que a las personas nacidas en Canadá, Australia, Nueva Zelandia, o en los países del oeste y norte de Europa no se las considera con un alto riesgo de infección de tuberculosis, a menos que hayan pasado un tiempo en un país con una alta tasa de esta enfermedad).
  • usuarios de drogas inyectables,
  • residentes y empleados de sitios de alto riesgo donde se congrega una cantidad considerable de personas (p. ej., centros correccionales, hogares de ancianos, albergues para desamparados, hospitales y otros establecimientos de atención médica),
  • personal de laboratorios micobacteriológicos,
  • niños menores de 4 años, o niños y adolescentes expuestos a adultos en categorías de alto riesgo.

En el caso de las personas que no tengan factores de riesgo de tuberculosis conocidos, se puede considerar el tratamiento contra la infección de tuberculosis latente si tienen un resultado positivo en una prueba de liberación de interferón gamma (IGRA), o si su reacción a la prueba cutánea de la tuberculina es de 15 milímetros o más. Sin embargo, los programas selectivos de pruebas de detección de la tuberculosis solo se deben implementar en grupos de alto riesgo. Todas las actividades en las que se realicen pruebas de detección deben acompañarse con un plan de seguimiento de los cuidados médicos para las personas que presenten infección de tuberculosis latente o enfermedad.

A partir del 2018, hay cuatro esquemas posológicos para el tratamiento de la infección de tuberculosis latente recomendados por los CDC que usan isoniacida (INH), rifapentina (RPT) o rifampina (RIF). Todos los tratamientos son eficaces. Los proveedores de atención médica deberían recetar los tratamientos más cortos, que son más convenientes, siempre que sea posible. Hay más probabilidades de que los pacientes completen los tratamientos cuando tienen una menor duración. El tratamiento debe modificarse si el paciente ha tenido contacto con una persona que tiene enfermedad de tuberculosis resistente a los medicamentos. Se recomienda consultar a un experto en tuberculosis si la fuente conocida de la infección tiene tuberculosis resistente a los medicamentos.