Haga que las vacunas sean menos estresantes
Nueve cosas que puede hacer para usted y su bebé
Infórmese sobre formas sencillas de darle apoyo a su hijo antes, durante y después de las vacunas inyectables.

Tómese un momento para leer sobre cómo puede prepararse antes de la visita y revise toda la información sobre las vacunas proporcionada por el médico de su hijo. Si quiere averiguar más, consulte el sitio web de los CDC con información para padres sobre vacunas.

Probar algo dulce puede ayudar a reducir la respuesta del pequeño al dolor. Si su hijo tiene dos años de edad o menos, pídale al médico de su hijo que le dé al niño una solución dulce de sacarosa o glucosa uno o dos minutos antes de aplicar la vacuna. Incluso una pequeña cantidad puede ayudar a reducir el dolor durante la aplicación de vacunas inyectables.

Amamantar puede ser una muy buena forma de calmar y relajar a su bebé, ya que puede ayudar a distraerlo y a darle un contacto cercano que lo reconforte. Además, la leche materna es levemente dulce, lo cual puede ayudar a reducir el dolor de su hijo cuando le apliquen vacunas.

Pídale al médico de su hijo que le dé una crema para aliviar el dolor; estas cremas bloquean las señales de dolor de la piel. Debido a que las cremas toman tiempo en actuar, pídalas antes de la próxima visita médica de rutina de su hijo. O si no, pida un espray refrescante (vapocoolant), que se aplica en el brazo o la pierna de su hijo justo antes de administrar la vacuna. Usar una crema o espray refrescante puede reducir su estrés y el de su hijo durante la visita de rutina.

Los niños son inteligentes, así que tómese tiempo para explicarles qué esperar, en términos simples. Explíquele a su hijo que podría sentir un pequeño pinchazo que durará muy poco. Utilice palabras como “presión” o “pinchazo” en lugar de “dolor” o “inyección”. Aunque su bebé no pueda entender sus palabras, su voz calma le dará tranquilidad. Mantenga una actitud alegre y tranquila antes, durante y especialmente después de la aplicación de las vacunas.

Lleve cualquier cosa que sea reconfortante para el niño, como un juguete, una mantita o un libro favorito, para ayudarlo a enfocarse en algo agradable. Asegúrese de verificar con el médico antes de llevar estos objetos a la sala de consulta.

Justo antes de la vacuna, diga el nombre de su hijo, cántele su canción favorita, cuéntele un cuento o simplemente hágale monerías para desviar la atención del niño de la persona que aplica la vacuna. Siga distrayéndolo después de que le hayan aplicado la vacuna.

Si su hijo es más grande, usted puede respirar profundo junto con él para ayudarlo a “soplar hacia afuera” el dolor. Hágale imaginar que el dolor le sale por la boca cuando exhala. Cuéntele un cuento o señálele cosas interesantes en el consultorio para ayudar a distraerlo.

Calme a los bebés pequeños envolviéndolos en una mantita bien ajustada. Los abrazos, las caricias y los susurros pueden ayudar a calmar a los bebés de más edad después de una vacuna. Su hijo puede tener reacciones leves, como dolor e inflamación donde se le aplicó la vacuna, o fiebre; esto es común y pronto desaparecerá. Comuníquese con el médico de su hijo si algo le preocupa.
Para obtener más información acerca de la vacunación, visite Vacunas e inmunización.
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