Preguntas frecuentes sobre la vacunación infantil
La mayoría de los padres eligen vacunar a sus hijos de acuerdo con el calendario recomendado, pero muchos podrían aún tener preguntas sobre las vacunas recomendadas para sus hijos.
Seguridad de las vacunas
Sí. Las vacunas son seguras. El sistema de seguridad de vacunas de los Estados Unidos, que tiene una larga trayectoria, garantiza que las vacunas sean lo más seguras posible. En la actualidad, los Estados Unidos cuentan con el suministro de vacunas más seguras de su historia. Cada año se vacuna de forma segura a millones de niños. Los efectos secundarios más comunes son normalmente muy leves, como dolor o hinchazón en el lugar de la inyección.
Las vacunas pueden prevenir enfermedades infecciosas que antes causaban la muerte o hacían daño a muchos bebés, niños y adultos. Sin las vacunas, su hijo queda expuesto al riesgo de enfermarse gravemente y sufrir dolor, discapacidad e incluso la muerte por enfermedades como el sarampión y la tosferina. Los riesgos principales asociados a las vacunas son los efectos secundarios, los cuales casi siempre son leves (enrojecimiento e hinchazón en el lugar de la inyección) y desaparecen a los pocos días. Los efectos secundarios graves después de la vacunación, como una reacción alérgica grave, son muy raros y tanto los médicos como el personal de los centros de atención de la salud están capacitados para tratarlos. Los beneficios de prevención de enfermedades de las vacunas son mucho mayores que los posibles efectos secundarios para casi todos los niños. La única excepción a esto son los casos de niños con afecciones crónicas graves, como el cáncer o enfermedades que debiliten el sistema inmunitario, o que hayan tenido una reacción alérgica grave a una dosis previa de la vacuna.
No. Los estudios científicos y las revisiones continúan mostrando que no hay una relación entre las vacunas y el autismo.
Consulte el sitio web de seguridad de las vacunas de los CDC para obtener más información sobre el autismo y las vacunas.
Efectos secundarios
Las vacunas, al igual que cualquier otro medicamento, pueden causar algunos efectos secundarios. La mayoría de estos efectos secundarios son muy leves, como dolor en el lugar de la inyección, irritabilidad o fiebre baja. Suelen durar solo un par de días y se pueden tratar. Por ejemplo, puede colocar una toallita húmeda y fresca sobre el área adolorida para aliviar las molestias.
Las vacunas no sobrecargan el sistema inmunitario. Cada día, el sistema inmunitario de los bebés sanos combate con éxito miles de microbios. Los antígenos son partes de los microbios que activan al sistema inmunitario para que cree anticuerpos, los cuales luchan contra las enfermedades.
Los antígenos en las vacunas provienen de los microbios mismos; sin embargo, están debilitados o muertos, por lo cual no pueden hacer que se enfermen gravemente. Incluso si los bebés reciben varias vacunas en un día, las vacunas contienen solo una muy pequeña fracción de la cantidad de antígenos que se encuentran en su ambiente diario. Las vacunas le proveen a su hijo los anticuerpos que necesita para combatir enfermedades graves, prevenibles a través de ellas.
Calendario de vacunas
El calendario recomendado protege a los bebés y a los niños al proveerles inmunidad a una edad temprana, antes de que entren en contacto con enfermedades que pueden ser mortales. Los niños son vacunados desde muy pequeños porque son susceptibles a enfermedades a una edad temprana.
Hable con el médico de su hijo, pero normalmente a los niños se los puede vacunar, aunque estén levemente enfermos, como con un resfriado, dolor de oído, fiebre baja o diarrea. Si el médico dice que está bien, su hijo puede ser vacunado igual.
No se conoce ningún beneficio para los niños cuando se siguen calendarios que demoran las vacunas. Los bebés y los niños pequeños que siguen calendarios en los que se retrasan las fechas de vacunación o se dejan algunas afuera, están en riesgo de contraer enfermedades durante el lapso en que demore la vacunación.
Los niños pequeños tienen el mayor riesgo de presentar un caso grave de enfermedad que podría requerir su hospitalización o causarle la muerte. Demorarse o espaciar las fechas de vacunación deja a su hijo desprotegido cuando más necesita la protección de las vacunas. Por ejemplo, enfermedades como la Hib o la enfermedad neumocócica casi siempre ocurren en los primeros 2 años de vida. Y algunas enfermedades, como la hepatitis B y la tosferina (pertussis) son más graves cuando las contraen los bebés a una edad más temprana.
Sí. Aun los niños que son amamantados necesitan ser protegidos con vacunas a las edades recomendadas. El sistema inmunitario no está totalmente desarrollado al nacer, lo cual hace que los recién nacidos tengan un mayor riesgo de contraer infecciones.
La leche materna provee una protección importante contra algunas infecciones a medida que el sistema inmunitario del bebé se está desarrollando. Por ejemplo, los bebés que son amamantados tienen un menor riesgo de contraer infecciones de oído, infecciones de las vías respiratorias y de tener diarrea. Sin embargo, la leche materna no protege a los niños contra todas las enfermedades. Incluso para los bebés amamantados, las vacunas son la manera más eficaz de prevenir muchas enfermedades. Su bebé necesita la protección de largo plazo que solo se obtiene siguiendo el calendario de vacunación recomendado por los CDC.
No, aun los niños pequeños que son cuidados en casa pueden estar expuestos a enfermedades prevenibles con vacunas; por eso es importante que reciban todas las vacunas a las edades recomendadas. Los niños pueden contraer estas enfermedades de muchas personas o lugares, incluso sus padres, hermanos, visitas que vengan a su casa, en áreas de juegos infantiles o aun en el supermercado. Más allá de que su bebé sea cuidado o no fuera de su casa, él o ella estará en contacto con personas a lo largo del día, algunas de las cuales podrían estar enfermas y aún no saberlo.
Muchas de estas enfermedades pueden ser especialmente peligrosas para los niños pequeños; por lo tanto, lo más seguro es vacunarlos a las edades recomendadas para protegerlos.
No. Antes de entrar a la escuela, los niños pequeños pueden exponerse a enfermedades prevenibles con vacunas. Los niños menores de 5 años son especialmente vulnerables a las enfermedades debido a que su sistema inmunitario no ha desarrollado las defensas necesarias para luchar contra las infecciones.
Las vacunas son recomendadas a lo largo de nuestras vidas para protegernos contra enfermedades graves. A medida que la protección contra las vacunas infantiles desaparece, los adolescentes necesitan vacunas que extiendan la protección. Los adolescentes también necesitan protección contra infecciones adicionales, antes de que aumente el riesgo de exposición.

Los CDC aconsejan que todos los niños reciban las vacunas según el calendario recomendado para protegerlos contra 14 enfermedades antes de que cumplan los dos años.
Recibir todas las dosis recomendadas de cada vacuna le proporciona a su hijo la mejor protección posible. Dependiendo de la vacuna, su hijo necesitará más de una dosis para que su cuerpo desarrolle una inmunidad lo suficientemente fuerte como para prevenir enfermedades, o para reforzar la inmunidad que va desapareciendo con el tiempo. Puede que su hijo también reciba más de una dosis para garantizar que esté protegido si no obtuvo la suficiente inmunidad de la primera dosis, o para protegerlo contra microbios que cambian a lo largo del tiempo, como los de la influenza (gripe). Cada dosis es importante pues protege contra enfermedades infecciosas que pueden ser especialmente graves para los bebés y los niños muy pequeños.
Protección contra las enfermedades
Los bebés pueden recibir algún tipo de inmunidad (protección) temporal de la mamá durante las últimas semanas del embarazo, pero solamente contra las enfermedades a las que ella es inmune. Amamantar también puede proteger temporalmente a su bebé contra infecciones menores, como resfriados. Estos anticuerpos no duran mucho tiempo y dejan al bebé vulnerable a las enfermedades.
Algunas enfermedades prevenibles con vacunas, como la tosferina (pertussis) y la varicela, continúan siendo comunes en los Estados Unidos. En cambio, otras enfermedades que las vacunas previenen ya no son comunes en este país gracias a ellas. Sin embargo, si dejamos de vacunar, los pocos casos que ocurren en los Estados Unidos podrían rápidamente pasar a ser decenas o centenares de miles de casos. Si bien muchas enfermedades graves prevenibles con vacunas no son comunes en los Estados Unidos, algunas siguen siendo frecuentes en otras partes del mundo. Aunque su familia no viaje fuera del país, usted puede entrar en contacto con viajeros internacionales en cualquier lugar de su comunidad. Los niños que no son vacunados y están expuestos a una enfermedad pueden enfermarse de gravedad y propagarla en la comunidad.