Testimonio de sobreviviente de McKerrin

Foto de McKerrin K.
“Por favor, se cuiden. Escuchen a su cuerpo y hablen con su médico sobre qué pruebas de detección del cáncer son adecuadas para ustedes”.

—McKerrin K., sobreviviente de cáncer de cuello uterino
Edad al momento del diagnóstico: 34

Soy una directora, actriz de voz y doblaje, y health coach que vive en Los Ángeles con mi esposo y mi hijastra de 13 años. Me encanta pasar tiempo con mi familia y amigos, estar activa y ayudar a los artistas a poner a disposición del mundo su mejor trabajo. También sigo aprendiendo más sobre la parte física, sicológica y emocional del desarrollo humano.

Como artista en mis 20, tenía muy poco dinero y tuve la suerte de obtener todos mis servicios ginecológicos a través de Planned Parenthood. Tuve mi primera prueba de Papanicoláu anormal a los 27 años, pero después de un seguimiento, me dijeron que solo me mantuviera atenta y me asegurara de hacerme una prueba de Papanicoláu regular cada 6 meses por un tiempo. [Nota del editor: En las mujeres con antecedentes recientes de resultados anormales en las pruebas de Papanicoláu, se recomienda que el tiempo entre una prueba y la otra sea menor que en las mujeres con resultados normales.]

Después de 2 años de resultados normales, volví a hacerme exámenes anuales, que siguieron siendo normales durante otros 10 años. En mis 30, finalmente comencé un trabajo con beneficios de seguro de salud y pude hacerme exámenes anuales con un ginecólogo en un consultorio privado. Después de unos años, me despidieron de ese trabajo, así que decidí ir y hacerme la prueba de Papanicoláu 5 meses antes para que estuviera cubierta por mi seguro, que pronto ya no tendría. Fue en ese momento cuando me diagnosticaron cáncer de cuello uterino en etapa inicial. Debido a que lo detectamos tan temprano, tuve la suerte de poder obtener un certificado de buena salud con solo un procedimiento CONE y LEEP,* y seguimientos cuidadosos durante unos 18 meses. Estoy agradecida por ese despido porque sin él lo más probable es que hubiera esperado otros 6 meses para hacerme un chequeo y el cáncer podría haber sido peor.

Esta experiencia me ha convertido en una firme defensora de los chequeos médicos regulares, de escuchar a tu cuerpo y de mejorar la salud y el bienestar en general. Ahora asesoro a clientes sobre las formas de mejorar la nutrición, manejar el estrés y ser físicamente activos para que mejoren su salud y sean más conscientes de sus propios cuerpos. Parte de ese asesoramiento incluye asegurarse de que vayan a chequeos regulares.

Si le pudiera decir algo a otras mujeres sería que, por favor, se cuiden. Es posible que se hayan convencido a sí mismas de que no tienen el tiempo ni el dinero para hacerse exámenes regulares porque su trabajo, sus hijos, sus padres, sus amigos y su carrera son más importantes. Pero ¿cómo pueden hacerle bien a alguien más si están enfermas? Escuchen a su cuerpo y hablen con su médico sobre qué pruebas de detección del cáncer son adecuadas para ustedes y cuándo deben realizarse. Recuerden, yo no tuve ningún síntoma. La única razón por la que acudí en ese momento fue porque estaba perdiendo mi seguro.

También quiero expresar lo increíblemente agradecida que estoy por todas las personas que me hicieron exámenes de detección de cáncer a lo largo de mi vida, especialmente exámenes a bajo costo o gratuitos, cuando tenía recursos limitados. Seguiré apoyando a las personas e instituciones que brindan atención médica a las personas que más la necesitan.

Si usted tiene bajos ingresos o no tiene seguro, es posible que se pueda hacer una prueba de detección de cáncer de cuello uterino gratis o a bajo costo a través del Programa Nacional de Detección Temprana del Cáncer de Mama y de Cuello Uterino. Para obtener más información, llame al 800-CDC-INFO o visite el sitio web del Programa Nacional de Detección Temprana del Cáncer de Mama y de Cuello Uterino de los CDC.

*CONE o conización es un procedimiento en el que se extrae tejido del cuello uterino y se examina en busca de cáncer de cuello uterino. LEEP es la abreviatura del nombre en inglés del procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa, que es una técnica que utiliza corriente eléctrica que pasa a través de un asa de alambre delgado para extraer tejido anormal.