Desarrollo temprano del cerebro y salud

La importancia de las experiencias en la primera infancia para el desarrollo del cerebro

Cerebro de la representación gráfica 3D del bebé de la radiografía

Los niños nacen listos para aprender y tienen muchas habilidades que aprender a lo largo de muchos años. Ellos dependen de los padres, miembros de la familia y otros cuidadores, como sus primeros maestros, para desarrollar las habilidades correctas para llegar a ser independientes y llevar vidas saludables y exitosas. La manera en que el cerebro crece está influenciada fuertemente por las experiencias del niño con otras personas y el mundo. El cuidado especial para la mente es crucial para el cerebro. Los niños crecen y aprenden mejor en un ambiente seguro donde estén protegidos del abandono y del estrés extremo o crónico, y con abundantes oportunidades de jugar y explorar.

Los padres y otros cuidadores pueden apoyar el saludable crecimiento del cerebro al hablar, jugar y cuidar a sus niños. Los niños aprenden mejor cuando sus padres se turnan para hablar y jugar, y cuando fomentan las habilidades e intereses del niño. Criar al niño entendiendo sus necesidades y respondiendo a ellas con tacto ayuda a proteger el cerebro de los niños del estrés. Hablar con los niños y exponerlos a libros, historias y canciones ayuda a reforzarles el lenguaje y la comunicación, lo cual los pone en la senda del aprendizaje y del éxito en la escuela.

La exposición al estrés y al trauma pueden tener consecuencias negativas a largo plazo para el cerebro del niño, mientras que hablar, leer y jugar con él pueden estimular el crecimiento de su cerebro. Garantizar que los padres, cuidadores y proveedores de cuidado en la primera infancia tengan los recursos y las habilidades para proveer un cuidado seguro, estable, provechoso y estimulante es una importante meta de la salud pública.

Cuando los niños están en riesgo, hacer seguimiento de su desarrollo y asegurarse de que alcancen los indicadores del desarrollo puede ayudar a garantizar que cualquier problema sea detectado temprano y que puedan recibir la intervención que necesiten.

Conozca más acerca de experiencias de apoyo en la primera infancia:

¿Lo sabía?

Durante el desarrollo temprano del cerebro, hasta 1 millón de nuevas conexiones entre nervios se forman y refuerzan en el cerebro. Otras conexiones no usadas se eliminan para hacer el cerebro más eficiente. Esas conexiones nuevas y más eficientes significan que el niño entiende el mundo más y más, y aprende muchas habilidades nuevas.

Un comienzo saludable para el cerebro

Para aprender y crecer apropiadamente, el cerebro de un bebé tiene que ser sano y estar protegido de enfermedades y otros riesgos. La promoción del desarrollo de un cerebro sano puede comenzar aun antes del embarazo. Por ejemplo, una dieta saludable y los nutrientes correctos, como suficiente ácido fólico, promoverán un embarazo sano y un sistema nervioso sano en el bebé que está creciendo. Las vacunas pueden proteger a las mujeres embarazadas de infecciones que pueden afectar el cerebro del bebé por nacer.

Durante el embarazo, el cerebro puede ser afectado por muchas clases de riesgos, como enfermedades infecciosas (p. Ej., por citomegalovirus o el virus del Zika), exposición a toxinas (incluidas las provenientes de fumar o del alcohol), o riesgos de cuando las madres embarazadas experimentan estrés, trauma o afecciones mentales como la depresión. La atención médica de rutina durante el embarazo puede ayudar a prevenir complicaciones, incluido el nacimiento prematuro, lo cual puede afectar el cerebro del bebé. El examen de un recién nacido puede detectar afecciones que son potencialmente peligrosas para el cerebro del bebé, como la fenilcetonuria

El crecimiento saludable del cerebro durante la infancia continúa dependiendo del cuidado y la nutrición correctos. Debido a que el cerebro de los niños todavía está creciendo, es especialmente vulnerable a lesiones traumáticas en la cabeza, infecciones o toxinas como el plomo. Las vacunas de la infancia, como la del sarampión, pueden proteger a los niños de peligrosas complicaciones como la inflamación del cerebro. Garantizar que los padres y cuidadores tengan acceso a alimentos saludables, y a lugares para vivir y jugar que sean saludables y seguros para sus niños, puede ayudarlos a brindar un cuidado más provechoso.

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