Historias personales sobre la tuberculosis

La historia de Kenni

Kenni

Kenni

Kenni, madre de dos niñas pequeñas, se enfermó gravemente en el 2012 con una enfermedad respiratoria. Después de muchos diagnósticos erróneos, finalmente supo que tenía tuberculosis (TB).

“Quiero contar mi historia para que los demás sepan que la tuberculosis todavía existe en este país y que le puede dar a cualquiera”, dice Kenni. “La buena noticia es que una vez que se tiene el diagnóstico correcto y se comienza el tratamiento adecuado, uno empieza a mejorar ”.

A principios del 2012, a Kenni le dio tos y fiebre, y un médico le dijo que tenía una infección respiratoria. “Tomé los antibióticos que me dieron, pero no me sentía mejor; de hecho, jamás me había sentido tan mal. Tosía tanto que me dolían las costillas”, afirma. Otro médico le dijo que tenía una bronquitis aguda.

Kenni seguía trabajando como higienista dental y ayudando en el café de su madre. “Al final ni siquiera podía terminar de entregar una orden. Me faltaba tanto el aire. Mi mamá insistió en que me hiciera una radiografía de tórax”, cuenta Kenni.

Y eso mismo hizo, y le dijeron que tenía neumonía. Luego la mandaron a ver a un especialista en pulmones quien le dijo que probablemente era viral. Con tantas visitas médicas y diagnósticos, pero sin un medicamento que ayudara, Kenni estaba exhausta.

Ese fin de semana la fue a visitar su hermana, que es enfermera. “Vio lo enferma que estaba y dijo ‘esto parece tuberculosis; te voy a llevar a la sala de emergencias’”.

“En la sala de emergencias, un auxiliar médico vio algo en la radiografía de tórax que parecía una gran nube blanca y ordenó una tomografía. Después de hacerme la tomografía, entró con una mascarilla puesta y diciendo que estaba preocupado porque creía que podía tener tuberculosis, pero que necesitaba hacer una broncoscopia para hacer el diagnóstico”.

La semana siguiente, con un dolor terriblemente intenso en los pulmones y el pecho, internaron a Kenni en el hospital para hacerle la broncoscopia y un análisis de sangre. Después de 3 días le dijeron que era probable que tuviera tuberculosis y comenzó el tratamiento estándar contra esta afección. “Sabía que el tratamiento estaba funcionando porque poco después de comenzarlo me bajó la fiebre”‚ recuerda Kenni.

Quiero que los demás sepan que si a ellos o a un ser querido les diera alguna vez esta enfermedad aterradora, hay ayuda disponible de parte de enfermeras y de otras personas en el programa de control de la tuberculosis del sistema de salud pública del estado”.

Nueve días después, luego de que le confirmaran el diagnóstico de tuberculosis y que respondiera al tratamiento, Kenni volvió a su casa. “Estaba tan contenta de ver a mis hijas. A ellas también les hicieron las pruebas de detección de tuberculosis al igual que a mi esposo. Por suerte, ninguno tenía la infección”, dice Kenni.

El programa de control de la tuberculosis del Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas (DSHS) trabajó con Kenni mientras siguió su largo régimen de tratamiento, tomando varias pastillas todos los días durante 9 meses. “Recibí mucha ayuda de Kim, la enfermera de salud pública que me asignaron. Kim es una persona estupenda que realmente me ayudó durante los largos meses de tratamiento. Kim se reunía conmigo cada día cuando era conveniente para mí”, afirma Kenni.

Justo antes de la Navidad del 2012, Kenni tomó su última dosis de medicamentos contra la tuberculosis. Desde entonces ha estado sana y sin tuberculosis. Ha regresado a su ajetreada vida de esposa y madre con dos trabajos.

Kenni no sabe dónde ni cómo se infectó con tuberculosis. Al recordar el pasado, lamenta que haya tomado tanto tiempo conseguir el diagnóstico. Debido a que ya no es una enfermedad común en este país, es posible que los médicos no “piensen en la tuberculosis” cuando ven a un paciente con síntomas de tuberculosis.

Algo positivo para Kenni, además de mejorarse y de recuperar su vida, fue la ayuda que recibió del programa de control de la tuberculosis y específicamente la que recibió de Kim, su enfermera para tratar la tuberculosis. Kenni le atribuye a Kim el éxito de haber logrado terminar el tratamiento. “Quiero que los demás sepan que si a ellos o a un ser querido les diera alguna vez esta enfermedad aterradora, hay ayuda disponible de parte de enfermeras y de otras personas en el programa de control de la tuberculosis del sistema de salud pública del estado”.