Historias personales sobre la tuberculosis

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La historia de Jackie

La tos de Jackie empeoró a tal punto que tenía que interrumpir lo que estaba haciendo.  A la tos le siguieron mareos y náuseas, surgidos aparentemente de la nada.  Después de un mes de pensar que se trataba de un resfriado persistente o posiblemente de influenza (gripe), y que desaparecerían por sí solos, decidió consultar a un médico.  Fue a un centro médico de urgencias y le diagnosticaron neumonía.

La tía de Jackie, una doctora, siempre ha sido su primera o segunda opinión médica para cualquier problema de salud.

Cuando Jackie le contó a su tía de las pruebas en el centro médico de urgencias y el diagnóstico de neumonía, su tía la animó a que visitara un especialista en pulmones de inmediato.Cuando no pudo obtener rápidamente una cita para ver a un especialista, Jackie fue a la sala de emergencias. Después de varios diagnósticos incorrectos y muchas pruebas médicas, finalmente le diagnosticaron tuberculosis, o enfermedad de TB.

Jackie at hospital

Jackie disfrutando una comida mientras estaba en el hospital.

“Me sorprendió que la tuberculosis todavía existiera”, dice Jackie.

Jackie empezó el tratamiento contra la enfermedad de TB en el hospital durante unas dos semanas y luego continuó el tratamiento en casa.

“Después de que me dieron el alta del hospital, pienso que el departamento de salud, o el departamento de salud pública, fue definitivamente mi mejor recurso”, agrega Jackie.

Durante el tratamiento contra la TB, Jackie se sintió agradecida por el apoyo que le prestó el personal del departamento de salud.  Casi todos los días alguien estaba disponible para hablar por teléfono o enviar textos para contestar las preguntas que ella tuviera. “Era muy útil simplemente saber que podía contar con ella y su información y, francamente, daba la impresión de que sabía de qué estaba hablando; sonaba como una persona con más experiencia y eso me ayudó a sentirme más tranquila”, recuerda Jackie.

Jackie quiere animar a otros a “no tener miedo de decir lo que piensan y decirles a sus proveedores de atención médica qué necesitan o qué no entienden”.