Las mujeres, la prestación de cuidados y el COVID-19
![iStock-1220783999 Mujer mirando a través de una ventana a dos personas mayores con cubiertas para la cara](/women/caregivers-covid-19/images/iStock-1220783999.jpg?_=37944)
Dos de cada tres personas que prestan cuidados en los Estados Unidos son mujeres, es decir proporcionan apoyo diario o habitual a niños, adultos o personas con enfermedades crónicas o discapacidades. Las mujeres que prestan cuidados tienen un mayor riesgo de presentar mala salud física y mental, como depresión y ansiedad. La pandemia del COVID-19 puede añadir aún más factores de estrés a la prestación de cuidados. A continuación, encontrará algunos consejos para ayudarla a cuidarse a sí misma y a los demás.
Como cuidadora, cuidarse a sí misma y conseguir la ayuda que necesita es importante. Cuidarse incluye mantener comportamientos saludables, manejar el estrés y buscar apoyo adicional, especialmente durante el COVID-19.
- Tome medidas para protegerse y proteger a los demás del COVID-19.
- Respire profundamente, estírese o medite.
- Consuma alimentos seguros y saludables.
- Beba mucha agua para mantenerse hidratada.
- Haga ejercicio con regularidad.
- Duerma lo suficiente.
- Evite el consumo excesivo de alcohol y de sustancias.
![iStock-1220413419 Mujer sentada en un sofá con un bebé en brazos y mirando una computadora portátil](/women/caregivers-covid-19/images/iStock-1220413419.jpg?_=37944)
- De tanto en tanto, deje de ver, leer o escuchar las noticias, o leer las entradas en los medios sociales sobre el COVID-19.
- Tómese un tiempo para relajarse. Salga a caminar o haga una actividad que disfruta.
- Comuníquese con otras personas. Hable con las personas en quienes confía sobre sus preocupaciones y cómo se está sintiendo.
- Encuentre otras maneras de sobrellevar el estrés durante la pandemia del COVID-19.
- Usted no está sola. Los grupos de apoyo proveen un sitio seguro para que las personas que están en la misma situación encuentren consuelo. Pídale al médico, o al departamento de salud estatal o local, que le recomiende un grupo de apoyo para personas que prestan cuidados y que ofrezca reuniones virtuales. También puede encontrar recursos de apoyo al buscar en línea escribiendo “grupo de apoyo para personas que prestan cuidados”, y el nombre de su comunidad. Además, se pueden contactar las redes de cuidados de niños o las agencias de apoyo para el cuidado de personas mayores de su estado o condado.
- Reconozca cuándo es posible que necesite más ayuda. Si el estrés o los pensamientos negativos se interponen en sus actividades diarias durante varios días seguidos, hable con un sicólogo o terapeuta, un trabajador social o un consejero profesional.
- Pídale a su médico o al centro médico local que la remitan a consejeros que posiblemente ofrezcan servicios gratuitos o con una escala de tarifas variables. Puede que algunas pólizas de seguro de salud cubran los servicios de consejería.
- Reconozca cuándo usted podría ser víctima de abusos o cometer abusos, y tome medidas. Los comportamientos abusivos por parte de la persona que presta cuidados, o en contra de ella, pueden ocurrir más a menudo durante épocas estresantes como la del COVID-19. Obtenga ayuda a través de los recursos de prevención o protección en su estado contra la violencia doméstica, el abuso infantil o el abuso de ancianos, según sea necesario.
- Si se siente abrumada por la tristeza o la ansiedad, se siente amenazada o quiere lastimarse o lastimar a los demás:
- Llame al 9-1-1.
- Visite la página web de la Línea de Ayuda para Sobrellevar la Angustia Provocada por Desastres, llame al 1-800-985-5990 o envíe un mensaje de texto que diga HÁBLANOS al 66746.
- Visite la página web de la Red Nacional de Prevención del Suicidio o llame al 1-800-273-TALK (1-800-273-8255) en inglés, o al 1-888-628-9454 en español.
- Visite la página web de la Línea de Ayuda Nacional contra la Violencia Doméstica o llame al 1-800-799-7233, línea TTY 1-800-787-3224.
- Visite la página web de la Línea de Ayuda Nacional contra el Abuso Infantil o llame al 1-800-4-A-CHILD (1-800-422-4453).
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Debido a que algunos sitios de trabajo, escuelas y centros de cuidados infantiles están cerrados a causa del COVID-19, muchas personas que prestan cuidados deben ocuparse de trabajar al tiempo que también instruyen y cuidan a sus hijos. Equilibrar más de un papel puede ser difícil si está cuidando a niños. Para reducir el estrés, cuando se sienta ansiosa o necesite ayuda con el cuidado de los niños, u otras tareas de la casa, busque apoyo de familiares y amigos. Si es posible, considere pedirle a su empleador que le dé horarios de trabajo flexibles. Consulte el sitio web de su estado respecto de los planes de reapertura y remítase a la guía para industrias y trabajadores específicos para que la ayuden a fundamentar sus opciones y decisiones acerca de la vuelta al trabajo.
Es posible que a los niños les sea difícil sobrellevar la situación si escuchan o ven demasiada información acerca del COVID-19. Las personas que los cuiden pueden compartir información sobre el COVID-19 con ellos y limitar la cantidad de noticias y medios sociales que vean. Los niños, como los adultos, también deben practicar el distanciamiento social. Esto significa limitar su contacto con otros niños y adultos que no vivan en su casa. Puede que el distanciamiento social de los amigos y menos tiempo para jugar también los haga sentir tristes o enojados. Busque nuevas maneras de mantener a los niños ocupados con sus intereses y rutinas normales lo más posible.
Aquí encontrará algunos consejos para cuidar a los niños durante la pandemia del COVID-19:
- Si necesita cuidado infantil mientras usted está trabajando desde la casa, trate de no elegir a alguien que esté en mayor riesgo de enfermarse gravemente, como un familiar de más edad o una persona con una afección subyacente.
- Asegúrese de tener recursos adecuados y planes de emergencia para los niños con necesidades especiales.
- Ayude a su hijo para que se mantenga conectado socialmente. Los niños se pueden mantener conectados al comunicarse con sus amigos y familiares por teléfono, video chat o a través de cartas y tarjetas.
- Ayude a los niños para que continúen aprendiendo cuando no haya clases. Muchas escuelas están ofreciendo lecciones en línea (aprendizaje virtual). Si a su hijo le resulta difícil hacer las tareas asignadas, dígaselo a los maestros. Pídales ayuda si no está segura si su hijo está listo para aprender o cuál es la mejor manera en la que su hijo aprende. Es importante crear un horario de rutina, pero flexible, para aprender en casa.
- Verifique si la escuela servirá comidas incluso cuando no haya clases. Muchas escuelas están proporcionando comidas gratuitas para los niños en comunidades locales.
- Anime a su hijo a que juegue al aire libre, si es posible. Ser activo es muy bueno para la salud física y mental de los niños. Implemente pausas a las actividades dentro de la casa (como pausas para estirarse o bailar) a lo largo del día para ayudar a su hijo a que se mantenga sano y se concentre.
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![iStock-1254376793 Mujer con cubierta para la cara saludando con el codo a una mujer mayor que usa una cubierta para la cara](/women/caregivers-covid-19/images/iStock-1254376793.jpg?_=37942)
La mayoría de los cuidadores de adultos de más edad son mujeres de más de 50 años. Las mujeres que prestan cuidados reportan tener más aflicciones físicas y mentales y mala salud, en comparación con los hombres que prestan cuidados. Manejar su propia salud al tiempo que cuida a un adulto de más edad puede ser difícil. Fíjese si hay servicios de relevo en su área local de modo que pueda hacer una pausa, descansar y recargar energía, según lo necesite.
Los adultos de más edad están en mayor riesgo de enfermarse gravemente con el COVID-19, por lo que es importante crear un plan para protegerlos. Un plan de cuidados describe lo que usted va a hacer si no puede cuidar a su familiar de más edad. Un plan de cuidados incluye una lista de contactos de familiares, amigos, vecinos y agencias locales de servicios que puedan proporcionar apoyo para los cuidados si usted se enferma o no está disponible. Por ejemplo, un cuidador que lo remplace a usted idealmente no debe ser una persona con riesgo de enfermarse gravemente con el COVID-19.
Debido al COVID-19, es posible que usted no pueda visitar a la persona de más edad que normalmente cuida si la persona está hospitalizada o internada en un hogar de ancianos. Pregúntele al personal del establecimiento si pueden ayudarla a comunicarse por teléfono, video chat, mensajes de texto, o enviando tarjetas o cartas.
A continuación, encontrará otros consejos para que la ayuden cuando cuide a adultos de más edad:
- Tome medidas adicionales para proteger a los adultos de más edad y a las personas con afecciones para que no se enfermen.
- Limite las salidas de casa, excepto por las diligencias esenciales, como ir a la tienda de alimentos, la farmacia, o para buscar atención médica. Mantenga en casa alimentos envasados en conserva, empaquetados o congelados, suministros de limpieza y productos desinfectantes aprobados por la EPA para limitar las veces que vaya a la tienda de alimentos.
- Trate de mantener suministros adicionales de medicamentos y otras necesidades como oxígeno, suministros para la incontinencia (toallas higiénicas o ropa interior desechable), termómetros, artículos para el cuidado de heridas (antisépticos, curitas o vendajes, y gaza) u otros suministros médicos para los adultos de más edad que usted cuida.
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![iStock-1224604355 Hombre con cubierta para la cara trabajando en una tienda y buscando un artículo para el cliente, que también usa una cubierta para la cara](/women/caregivers-covid-19/images/iStock-1224604355.jpg?_=37942)
En comparación con los hombres, un mayor porcentaje de mujeres trabajan como enfermeras y otro tipo de profesionales de atención médica, y como trabajadoras de apoyo en hogares de ancianos y de atención médica a domicilio, trabajadoras de servicios sociales, maestras, personal de guarderías, cajeras en tiendas de alimentos y empleadas del servicio postal. Durante el COVID-19, las mujeres siguen trabajando en estos y otros tipos de trabajos esenciales de servicio al público, como trabajadoras de emergencias y personal de respuesta a emergencias.
Si usted es una trabajadora esencial, quizás tenga mucho estrés debido a horas laborales más largas y condiciones de trabajo difíciles. Es posible que tenga menos tiempo y energía para ser el tipo de cuidadora que desea ser. Es muy importante que las trabajadoras esenciales se mantengan sanas para poder brindar ayuda a quienes la necesiten. Además, puede que tengan un mayor riesgo de exponer a las personas que vivan con ella al COVID-19.
Aquí encontrará algunos recursos para trabajadoras esenciales que pueden ser útiles:
- Obtenga consejos para el autocuidado y el manejo del estrés para el personal de respuesta a emergencias.
- Infórmese sobre cómo los profesionales de atención médica se pueden proteger del COVID-19.
- Cómo reducir los riesgos asociados a horas largas para el personal de respuesta a emergencias.
- Infórmese sobre los recursos de seguridad y apoyo para el trabajador para su profesión.
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![iStock-1222587457 (1) Hombre que usa una cubierta para la cara comprando algo de una vendedora que está afuera y que también usa una cubierta para la cara (no es una vendedora ambulante)](/women/caregivers-covid-19/images/iStock-1222587457-1.jpg?_=37943)
La pandemia del COVID-19 ha causado dificultades económicas para millones de mujeres y otras personas que han perdido sus trabajos o han visto sus horas laborales reducidas. Una gran proporción de mujeres son las principales cuidadoras y las que más ingresos aportan a sus hogares. La pérdida del trabajo significa no solamente una pérdida de ingresos, sino con frecuencia una pérdida de acceso al seguro de salud y otros beneficios laborales. Quizás le sea difícil proporcionar artículos esenciales, como los alimentos, a las personas que cuida.
Las preocupaciones económicas durante el COVID-19 podrían causar estrés adicional a las mujeres. Es más probable que las mujeres que trabajan en industrias como aerolíneas, hoteles, guarderías, restaurantes y ventas minoristas pierdan su trabajo durante el COVID-19, ya que muchas de estas industrias tienen operaciones limitadas o han dejado de funcionar. Un mayor porcentaje de mujeres, en comparación con los hombres, reportan preocuparse por la pérdida de ingresos debido a la pérdida de trabajo o a las horas reducidas a causa del COVID-19. La pérdida de ingresos causada por la pandemia del COVID-19 puede significar una grave dificultad económica para muchas personas.
Los siguientes recursos podrían ser útiles:
- Comuníquese con las agencias y organizaciones de servicios sociales en su condado o estado para averiguar cuáles son sus opciones de asistencia para el desempleo, los alimentos y la vivienda. La información de las oficinas locales se puede encontrar en línea o en los directorios telefónicos del Gobierno estatal o local. Puede que también la encuentre si busca en Internet por “Cupones para alimentos”, “Servicios sociales”, “Servicios humanos” o “Asistencia pública”. Muchos estados tienen una línea de ayuda 2-1-1 para tener acceso a la información sobre servicios.
- Consulte el directorio de recursos del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) para obtener información sobre los beneficios de alimentos en su estado.
- Muchas comunidades están proporcionando comidas gratuitas para los niños a través de los distritos escolares locales, y para los adultos de más edad a través de programas como Meals on Wheels.
- Infórmese sobre las herramientas y los programas que la ayuden con los gastos y el manejo del dinero.
- Verifique si su ciudad o estado ha interrumpido los desalojos durante el COVID-19.
- Comuníquese con las empresas de electricidad, gas, agua, teléfono, Internet y otras acerca de sus facturas mensuales. Explique cuál es su situación económica y pida que se hagan arreglos para pagar las cuentas.
Enlaces relacionados: Recursos del Departamento del Trabajo de los EE. UU. sobre el coronavirus
Fuente del contenido: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, traducido por CDC Multilingual Services #319981.