PrevenciĆ³n de muertes, lesiones y enfermedades de trabajadores adolescentes

DHHS (NIOSH) publicación N.º 2003-128
julio de 2003

Trabajos que representan riesgos especiales para los trabajadores adolescentes

Contenido

Trabajos en la agricultura

La agricultura es la industria más peligrosa para los trabajadores adolescentes, contabilizando el 42% de todas las muertes relacionadas con el trabajo de los trabajadores adolescentes entre 1992 y 2000. A diferencia de otras industrias, la mitad de las víctimas adolescentes en la agricultura tenían menos de 15 años de edad [NIOSH 2003]. Para los trabajadores agrícolas adolescentes con 15 a 17 años de edad, el riesgo de lesiones mortales es cuatro veces el riesgo de los trabajadores adolescentes en otros lugares de trabajo [BLS 2000]. Los trabajadores adolescentes empleados en la agricultura pueden ser trabajadores contratados directamente, empleados de contratistas de mano de obra o residentes de granjas que trabajan en los negocios de la familia. El trabajo agrícola expone a los trabajadores adolescentes a riesgos de seguridad tales como maquinarias, espacios confinados, trabajo en elevaciones y trabajo alrededor de ganado. Los trabajadores adolescentes también pueden estar expuestos a productos químicos empleados en la agricultura (por ejemplo, pesticidas, fertilizantes), al ruido, a irritantes respiratorios y a gases tóxicos (véase el Apéndice A) [NRC/IOM 1998; Kirkhorn and Garry 2000].

Los trabajadores pueden realizar legalmente cualquier tarea agrícola después de que hayan cumplido los 16 años de edad, mientras que se les prohíben algunos trabajos en otras industrias hasta que cumplan los 18 años de edad. Además, las leyes laborales para menores no cubren a los trabajadores con menos de 16 años de edad que trabajan en las granjas de sus padres o tutores. Entre 1992 y 2000, 76% de las lesiones mortales ocurridas a los trabajadores agrícolas con menos de 16 años de edad tuvieron que ver con el trabajo en negocios de la familia [NIOSH 2003].

Trabajo en oficios de ventas al por menor

El segundo número más alto de muertes en el lugar de trabajo entre los trabajadores con menos de 18 años de edad ocurrió en los oficios de ventas al por menor (es decir, restaurantes y tiendas de ventas al por menor). Entre 1992 y 2000, el 63% de estas muertes se debieron a asaltos y actos violentos, la mayoría de los cuales fueron homicidios. Los homicidios asociados con robos son la causa probable de una cuarta parte a la mitad de todas las muertes de trabajadores adolescentes en los oficios de ventas al por menor [Windau et al. 1999]. El manejo de dinero en efectivo, trabajar solo o en grupos pequeños y trabajar a altas horas de la noche o en la madrugada puede contribuir a los homicidios en el lugar de trabajo [NIOSH 1996a].

En 1998, más de la mitad de todas las lesiones no mortales relacionadas con el trabajo de los trabajadores adolescentes ocurrieron en oficios de ventas al por menor, más del 60% de las cuales eran expendios de comida o de bebidas. Las cortadas en los oficios de ventas al por menor fueron el tipo más común de lesiones tratadas en departamentos de emergencia, seguidas por quemaduras en expendios de comida y de bebidas y magulladuras, arañazos y rasguños en otros sitios de ventas al por menor [Mardis and Pratt 2003]. Los peligros comunes en los restaurantes incluyen los cuchillos empleados en la preparación de comidas, el manejo de grasa caliente proveniente de los aparatos para freir, el trabajo cerca de superficies calientes y los resbalones en pisos húmedos o grasosos [NRC/IOM 1998].

Además, ciertos tipos de maquinarias cuyo uso les está prohibido a los trabajadores adolescentes bajo ciertas leyes laborales para menores se encuentran comúnmente en establecimientos de venta al por menor, incluso máquinas rebanadoras, embaladoras de papel, montacargas, mezcladoras o batidoras y máquinas para cortar pan. Es posible que los trabajadores adolescentes elijan hacer funcionar maquinarias con las que no están familiarizados para demostrar responsabilidad, independencia o madurez [Massachusetts Department of Public Health 1998], o puede ser que reciban instrucciones de hacerlo de parte de un empleador que no está al tanto de las leyes que amparan el trabajo de menores o que elija hacer caso omiso de las mismas.

El contacto con productos químicos peligrosos también puede ocurrir en restaurantes. Los productos químicos usados comúnmente en la limpieza también pueden producir emanaciones de cloro o de amoníaco cuando se mezclan incorrectamente. Dependiendo de la cantidad de gas inhalado, pueden presentarse irritación de los ojos y de las vías respiratorias, desvanecimiento, tos y dolor en el pecho. El contacto intenso puede llevar al edema pulmonar (la acumulación de líquidos en los tejidos de los pulmones), lesiones graves de los pulmones o neumonía [CDC 1991]. También se sabe que la inhalación de cloro gaseoso causa síntomas a largo plazo parecidos al asma (véase el Apéndice A) [Leroyer et al. 1998].

Transporte: Vehículos automotores y maquinaria móvil

Las personas con 16 a 20 años de edad en la población general presentan tasas de mortalidad y lesiones más altas debido a accidentes en vehículos automotores más que en otro grupo de edades [NHTSA 2001]. En el lugar de trabajo, el 45% de todas las lesiones mortales ocurridas a los trabajadores con menos de 18 años de edad entre 1992 y 2000 resultaron de siniestros en el transporte [NIOSH 2003]. Los siniestros en el transporte, según los define BLS, incluyen siniestros que ocurren en la autopista o fuera de la misma y en los que están involucrados vehículos automotores como también vehículos industriales (como por ejemplo tractores y montacargas) en los que al menos un vehículo se encontraba en operación [Windau et al. 1999]. Las leyes laborales para menores prohíben que los trabajadores con menos de 18 años de edad hagan funcionar muchos tipos de vehículos automotores o maquinaria móvil. Hacer funcionar un vehículo automotor en el trabajo les está prohibido a los trabajadores de 16 años de edad y se permite únicamente bajo circunstancias limitadas a los que tienen 17 años de edad (véase el Apéndice B). A pesar de las restricciones actuales, la mortalidad y las lesiones relacionadas con el transporte continúan ocurriendo entre los trabajadores adolescentes. Asegurar la operación segura de los vehículos en el trabajo por parte de los trabajadores adolescentes crea desafíos especiales para los empleadores. Además de ser nuevos en el lugar de trabajo, los empleados adolescentes llevan poco tiempo conduciendo, lo que agrava el riesgo de lesiones.

Construcción

El ambiente de trabajo en la construcción tan complejo y siempre en estado de cambio presenta múltiples peligros de seguridad. En general, más trabajadores estadounidenses mueren trabajando en la construcción que en cualquier otra industria. Los trabajadores de la construcción están en riesgo de sufrir lesiones debido a una amplia gama de acontecimientos, incluso caídas, electrocuciones, derrumbe de estructuras, siniestros relacionados con maquinarias, objetos que caen y accidentes de vehículos automotores. Las leyes que amparan el trabajo de menores prohíben a los trabajadores entre los 14 y los 15 años de edad trabajar en la construcción, excepto cuando realizan trabajo de oficina fuera del sitio de la construcción. Otras leyes que cubren a todos los trabajadores con menos de 18 años de edad prohíben varias tareas asociadas con la construcción [DOL 2001], aunque no tratan sobre todos los peligros presentes en el sitio de la construcción.

Además del riesgo de lesiones, el trabajo en la construcción puede poner en contacto a los trabajadores con muchas sustancias que tienen efectos adversos para la salud. Es posible que los efectos no aparezcan hasta años después de haber estado expuesto por primera vez. Entre las sustancias que se han relacionado con las enfermedades ocupacionales entre los trabajadores de la construcción se encuentran las siguientes: asbestos, cemento, fibras vítreas sintéticas, sílice y aserrín; polvo y emanaciones originadas en fuentes como cadmio, plomo, cobre, cinc y asfalto; y solventes y otros productos químicos como tolueno, poliuretanos, resinas epoxídicas y cloruro de metileno. Las siguientes son enfermedades por haber tenido tales contactos: intoxicación con plomo, asbestosis y otros trastornos relacionados con la inhalación de fibras, cáncer, asma, enfermedad obstructiva crónica pulmonar, bronquitis, erupciones o inflamaciones de la piel, silicosis, efectos adversos en los bebés que no han nacido y otros efectos tóxicos crónicos (véase el Apéndice A) [Osorio and Melius 1995; NIOSH 1991; NIOSH 1992; NIOSH 2001d; Ringen et al.1995; Rühl and Kluger 1995; Sullivan et al. 1995].

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