La historia de Asaad M. y Leah M.

Leah, de 52 años, comenzó a fumar cigarrillos mentolados cuando era una adolescente. Siguió fumando de manera discontinua hasta la adultez y algunas veces fumaba mucho más cuando se sentía estresada.
Leah tenía 45 años cuando comenzó a tener dolores de estómago y a perder peso. Estaba criando sola a sus hijos, con un solo ingreso y sin seguro médico, y estaba preocupada porque no podía darse el lujo de enfermarse. Pero cuando el dolor se tornó insoportable, Leah tuvo que buscar ayuda médica. Fue entonces cuando le diagnosticaron cáncer colorrectal causado por el tabaquismo.
El hijo de Leah, Asaad, tenía 19 años en ese momento. Su joven vida estaba recién comenzando, pero inmediatamente puso todo en compás de espera para convertirse en el cuidador de Leah a tiempo completo. Rápidamente aprendió a hacer las compras y a preparar las comidas, a administrar el presupuesto familiar, a programar citas médicas y a mantener el ánimo de su madre en alto. Para Asaad, decidir cuidar a Leah fue simple. “Esta es la persona que me trajo al mundo, así que la voy a apoyar”, dijo Asaad. “Estar presente; eso es lo que define a un hijo”.
El cáncer de Leah avanzó al estadio 4 cuando se extendió a sus pulmones y, en el 2016, se le extirpó un tumor del pulmón izquierdo. También dejó de fumar para siempre después de varios intentos. Después de ver los dañinos efectos que tuvieron los cigarrillos en Leah, Asaad está orgulloso de su madre por haber dejado de fumar. Ahora, con 25 años, Asaad está seguro de que nunca comenzará a fumar.
La biografía de Asaad M. y Leah M.
Leah comenzó a fumar cigarrillos mentolados cuando tenía 17 años. Algunos de sus amigos fumaban y la experiencia le despertó curiosidad. Antes de que pasara mucho tiempo, estaba fumando todos los días.
A los 20 años, Leah dio a luz a una hija y, a los 27 años, a un hijo, Asaad. Dejó de fumar durante los dos embarazos, pero comenzó otra vez después del nacimiento de Asaad. Fumó dos paquetes por semana durante los próximos 18 años.

En el 2012, a los 45 años, Leah comenzó a notar que, con frecuencia, tenía cólicos estomacales, gases e hinchazón. No tenía apetito y bajó de peso. Leah sabía que algo estaba mal, pero no quería afrontarlo. Como madre que estaba criando sola a sus hijos, con un solo ingreso y sin seguro médico, Leah sentía que no podía darse el lujo de estar enferma. Pero cuando el dolor abdominal se tornó insoportable, decidió buscar ayuda médica. En el 2014, le diagnosticaron cáncer colorrectal. Los médicos le extirparon pólipos del colon y le programaron tratamientos con radiación y quimioterapia.
A medida que Leah planificaba sus próximos pasos, su preocupación más grande era Asaad, quien tenía sus propios problemas de salud. El padre de Asaad había fallecido unos años atrás y a Leah le preocupaba no estar para cuidar a su hijo. “Me dije: tengo que superar esto por Asaad, no puedo dejarlo huérfano”, manifestó Leah.
Asaad tenía 19 años cuando se le diagnosticó el cáncer a Leah. Acababa de iniciar una pasantía en la industria de la moda, donde planeaba seguir una carrera. Como típico adulto joven, pasaba su tiempo libre con amigos, iba al cine y a fiestas. Cuando Leah le dio la noticia devastadora, todo cambió. De inmediato, Asaad puso su joven vida en compás de espera para cuidarla a tiempo completo.
“Fue un gran desafío, pero nunca sentí temor”, dijo Asaad, quien ahora tiene 25 años. “Solo fue como ‘vamos a pelear esto juntos. Eso es todo’”, afirmó.
Para Asaad, la decisión fue fácil. Recordaba a su madre sentada al lado de su cama, sosteniéndole la mano cuando él se enfermaba de niño. Recordaba estar jugando en la YMCA local mientras su madre trabajaba extensas jornadas para sustentarlos. Sabía que era el único miembro de la familia que estaba en condiciones de hacerse cargo del cuidado de Leah. Ella siempre estuvo presente cuando él la necesitó; ahora él deseaba atenderla a ella.
Leah dijo que fue “desgarrador” interrumpir los planes de Asaad justo cuando él se aventuraba a comenzar la vida adulta. “Ojalá nunca hubiese fumado”, afirmó. “Fue ignorancia de mi parte pensar que no estaba perjudicando a nadie. Nunca me pregunté quién me cuidaría si me enfermaba”, agregó.
Asaad arrancó a toda marcha y aprendió rápidamente. Se hizo cargo de las tareas cotidianas de cocinar, limpiar, hacer las compras y administrar el dinero. Programaba todas las visitas médicas de Leah y la acompañaba a las citas. Dado que Leah estaba demasiado enferma para manejar y Asaad no tenía licencia de conductor, él buscó un apartamento asequible, a una distancia del centro de tratamiento al que concurría Leah que podían recorrer a pie. Establecieron una rutina cotidiana: Asaad levantaba a Leah de la cama, la ayudaba a ducharse y vestirse, preparaba su desayuno y los medicamentos y sacaba a pasear al perro. “Estar a cargo del cuidado de alguien es algo que nunca acaba”, dijo Asaad. “Son 25 horas al día, 8 días a la semana”.
A pesar de los tratamientos, el cáncer de Leah avanzó al estadio 4 y se extendió a sus pulmones. En el 2016, se le extirpó un tumor del pulmón izquierdo. Ese mismo año, tras varios intentos, finalmente dejó de fumar por completo. Asaad está orgullo de su madre por haber dejado de fumar. Después de presenciar los efectos dañinos que el tabaquismo tuvo en Leah, a Asaad le hace mal el olor del cigarrillo o ver a otros fumar. “Nunca fumaré un cigarrillo porque no quiero sustancias químicas en mi cuerpo”, dijo.
Tanto Asaad como Leah son optimistas, si bien reconocen que el futuro es incierto. Asaad desea convertirse en comprador de indumentaria de moda y, en algún momento, diseñar su propia línea de trajes. Su madre desea que vaya a la universidad y que tome cursos de administración de empresas.
Al mirar en retrospectiva el camino que han recorrido juntos, Asaad y Leah concuerdan con que estar a cargo del cuidado de alguien exige paciencia, comprensión, sensibilidad, empatía y tener la piel dura. “No ha habido un solo día en el que pensara que no podía hacerlo”, comentó Asaad en relación con el cuidado de Leah. “Esta es la persona que me trajo al mundo, así que la voy a apoyar. Estoy presente; eso es lo que define a un hijo”, afirmó.
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