Transmisión

La varicela es una enfermedad altamente contagiosa causada por el virus de la varicela-zóster (VVZ). El virus se propaga fácilmente de las personas enfermas a aquellas que nunca han tenido la enfermedad o nunca se vacunaron. Si una persona tiene varicela, hasta un 90 % de quienes estén cerca de esa persona y no tengan inmunidad también se infectarán. La propagación ocurre principalmente a través del contacto cercano con alguien que tiene la varicela.

Las personas con varicela son contagiosas desde 1 o 2 días antes de que aparezca el sarpullido hasta que se haya formado una costra en todas las lesiones de la enfermedad. Las personas vacunadas que contraen la enfermedad pueden presentar lesiones sin que se formen costras. Estas personas se consideran contagiosas hasta que hayan pasado 24 horas sin que tengan lesiones nuevas.

El virus de la varicela-zóster también causa la culebrilla. Después de la varicela, el virus permanece en el cuerpo (dormido). La culebrilla aparece cuando el virus de la varicela-zóster se reactiva en el cuerpo de una persona después de que ya haya tenido la varicela. Las personas con culebrilla pueden transmitir el virus de la varicela-zóster a quienes nunca hayan tenido la varicela o nunca hayan recibido la vacuna contra la varicela. Esto puede ocurrir a través del contacto directo con el líquido de las ampollas del sarpullido o al inhalar partículas del virus provenientes de las ampollas. Si estas personas se infectan, tendrán varicela, no culebrilla..

La varicela se produce aproximadamente 2 semanas (de 10 a 21 días) después de la exposición a la persona con varicela o culebrilla. Si una persona vacunada contra la varicela contrae esta enfermedad, también se la puede transmitir a otros. La mayoría de las personas que contraen varicela una vez quedan inmunes de por vida. Sin embargo, algunas personas pueden contraer varicela más de una vez, aunque esto no es común.

Niña con varicela
“Fiestas de varicela”: No corra el riesgo

Algunos padres han participado en el pasado en lo que se llaman “fiestas de varicela” para exponer intencionalmente a sus hijos no vacunados a otro niño con la enfermedad con la esperanza de que la contraigan. Los CDC recomiendan enfáticamente que no haga estos tipos de evento en su casa y que tampoco participe en ellos. La varicela puede ser grave y llevar a complicaciones graves y a la muerte, incluso en los niños sanos. No hay manera de saber con anticipación cuán graves serán los síntomas que tenga su hijo. Por lo tanto, no vale la pena correr el riesgo de exponerlo a alguien con la enfermedad. La mejor manera de proteger a los bebés y a los niños contra la varicela es vacunándolos.

Para obtener información sobre la forma de prevenir la varicela, lea la sección Prevención y tratamiento.

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