Volumen 6: Nº 4, octubre 2009
INVESTIGACIÓN ORIGINAL
Promover cambios en la alimentación de los empleados de planes de salud estatales de Arkansas a través de un programa para el bienestar en el lugar de trabajo: el
Healthy Employee Lifestyle Program (HELP)
Amanda Philyaw Perez, MPH; Martha M. Phillips, PhD, MPH, MBA; Carol E. Cornell, PhD; Glen Mays, PhD, MPH; Becky Adams, MPH
Citas sugerida para este artículo: Philyaw Perez A, Phillips MM, Cornell CE, Mays G, Adams B. Promover cambios en la alimentación de los empleados de planes de salud estatales de Arkansas a través de un programa para el bienestar en el lugar de trabajo: el
Healthy Employee Lifestyle Program (HELP). Prev Chronic Dis 2009;6(4):A123.
http://www.cdc.gov/pcd/issues/2009/
oct/08_0136_es.htm. Visitado [fecha].
REVISIÓN PARITARIA
Resumen
Introducción
Lograr que los empleados tengan un buen estado de salud y puedan mantenerse productivos es fundamental para los empleadores tanto del sector público como del sector privado. La mala nutrición y la obesidad contribuyen al desarrollo de enfermedades crónicas, aumentan los costos de la atención médica y disminuyen la productividad. Las investigaciones indican que una dieta saludable se asocia con un índice de masa corporal más bajo y un menor riesgo de
desarrollar enfermedades crónicas.
Métodos
El Departamento de Salud de Arkansas implementó el programa HELP (acrónimo de Healthy Employee Lifestyle Program – Empleados con un estilo de vida saludable) para fomentar el bienestar de los empleados de la salud pública. Al inicio y al final del año piloto, se evaluaron ciertos factores de riesgo como la dieta y la actividad física, entre otros, y la disposición de los participantes a introducir cambios en su estilo de vida. Se alentó a
los participantes a comer de forma más saludable, a hacer ejercicio físico regular y a informar sobre sus hábitos de salud a través de un sistema en línea que permitía ganar puntos por conductas saludables y canjear los puntos por incentivos. Se evaluaron las diferencias en los hábitos alimenticios informados por los participantes (n = 214) al inicio y al año, mediante análisis de chi cuadrado y pruebas de simetría.
Resultados
No se observaron diferencias significativas en el consumo de dulces/postres, grasas, proteínas, granos, carnes procesadas y productos lácteos entre la evaluación inicial y la de seguimiento. Sin embargo, en la evaluación de seguimiento la cantidad de participantes que informaron ingerir 3 ó más frutas y verduras diarias fue mayor que al inicio. También aumentó la cantidad de participantes que informaron estar haciendo lo posible por ingerir 5 ó
más frutas y verduras por día y menos grasas, o haberlo logrado y estar esforzándose por mantener el hábito.
Conclusión
Es necesario realizar estudios adicionales para examinar la actividad física y otros factores de riesgo para la salud a fin de determinar si el programa amerita una mayor divulgación.