Acerca del citomegalovirus (CMV)

  • El citomegalovirus (CMV) es un virus común en personas de todas las edades; sin embargo, el sistema inmunitario de una persona sana generalmente impide que el virus cause la enfermedad.
  • La pandemia de COVID-19 está cambiando rápidamente y continua afectando a las comunidades de los Estados Unidos de manera diferente. Si tiene preguntas sobre cómo mantener a sus familias seguras y saludables durante la pandemia de coronavirus, visite el sitio web de coronavirus de los CDC y la página web de Personas con discapacidad.

En los Estados Unidos, cerca de 1 de cada 3 niños ya se ha infectado por el CMV para cuando tiene 5 años de edad. Más de la mitad de los adultos se han infectado por el CMV para cuando tienen 40 años de edad. Una vez que el CMV ingresa al cuerpo de una persona, permanece allí de por vida y se puede reactivar. Una persona también se puede reinfectar con una cepa (variedad) diferente del virus. La mayoría de las personas con infección por CMV no tienen síntomas y no saben que están infectadas.

Signos y síntomas

En algunos casos, la infección en las personas sanas puede causar una enfermedad leve que puede incluir lo siguiente:

  • Fiebre
  • Dolor de garganta
  • Fatiga
  • Inflamación de los ganglios

Ocasionalmente, el CMV puede causar mononucleosis o hepatitis (problema del hígado).

Las personas con el sistema inmunitario debilitado que se infectan por el citomegalovirus, o CMV, pueden tener síntomas más graves que afectan los ojos, los pulmones, el hígado, el esófago, el estómago y los intestinos.

Los bebés que nacen infectados por el CMV pueden tener problemas en el cerebro, el hígado, el bazo y los pulmones, así como problemas de crecimiento. La pérdida auditiva es el problema de salud de larga duración más común en los bebés que nacen con infección congénita por CMV, la cual se podría detectar al poco tiempo del nacimiento o presentarse más tarde en la niñez.

Transmisión

Las personas con CMV pueden pasar el virus a través de los líquidos corporales, como la saliva, la orina, la sangre, las lágrimas, el semen y la leche materna. La persona infectada propaga el CMV de las siguientes maneras:

  • Por el contacto directo con la saliva o la orina, especialmente de bebés y niños pequeños.
  • A través del contacto sexual.
  • Por medio de la leche materna a los lactantes.
  • Por medio de trasplantes de órganos y transfusiones de sangre.
Diagnóstico y tratamiento

Se pueden hacer análisis de sangre para diagnosticar las infecciones por CMV en los adultos con síntomas. Sin embargo, la sangre no es el líquido corporal más idóneo para hacerles la prueba a los recién nacidos con infección presunta por CMV. A los recién nacidos es preferible hacerles un análisis de saliva u orina.

Las personas sanas que se infectan con el CMV por lo general no requieren tratamiento médico. Hay medicamentos disponibles para tratar las infecciones por CMV en las personas con el sistema inmunitario debilitado y los bebés que muestren signos de CMV congénito.  En los bebés con signos de infección congénita por CMV al nacer, los medicamentos antivirales, especialmente el valganciclovir, pueden mejorar la audición y los resultados relacionados con el desarrollo. El valganciclovir puede tener efectos secundarios graves y solo ha sido estudiado en bebés con signos de infección congénita por CMV. Hay información limitada sobre la eficacia del valganciclovir para tratar a los bebés que solo tengan pérdida auditiva.

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